La huerta es un espacio natural que ofrece a los niños en edad preescolar un sinfín de oportunidades de aprendizaje y desarrollo, en su crecimiento integral. A través del contacto con la huerta, los niños desarrollan habilidades cognitivas y emocionales, cruciales.
En el preescolar Atavanza contamos con una huerta en la que los niños exploran, siembran, riegan y cosechan aromáticas y verduras. Siempre con el acompañamiento de la docente y personal experto.
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Desarrollo de habilidades motoras finas y gruesas: La jardinería requiere que los niños usen sus manos y dedos, esto ayuda a desarrollar sus habilidades motoras. Desde manipular pequeñas semillas hasta cavar en la tierra, los niños fortalecen sus destrezas motoras mientras cultivan su propio rincón verde.
Aprendizaje sobre la naturaleza: También pueden aprender sobre los diferentes tipos de plantas, los ciclos de la vida y la importancia de la biodiversidad. Esto les ayuda a desarrollar una comprensión y apreciación del mundo natural.
Desarrollo de la curiosidad y el asombro: La huerta estimula la curiosidad científica y la comprensión de los conceptos biológicos fundamentales. Pueden observar el crecimiento de las plantas, los insectos que las visitan y los animales que las rodean. Esto ayuda a desarrollar el asombro por el mundo natural.
Formación de hábitos saludables: Es una oportunidad para que los niños aprendan sobre la importancia de una alimentación saludable. Pueden ver cómo crecen las plantas que comen y aprender a cultivarlas ellos mismos. Esto puede ayudar a fomentar el consumo de frutas y verduras.
Desarrollo de la responsabilidad: La jardinería requiere que los niños sean responsables de cuidar las plantas. Esto les ayuda a desarrollar respeto por el entorno y una apreciación por el ciclo de la vida. Además, trabajar en una huerta fomenta la paciencia, la responsabilidad y el trabajo en equipo.
El contacto con la huerta es una experiencia enriquecedora que puede beneficiar a los niños de muchas maneras. Los padres y educadores pueden promover el contacto de los niños con la huerta para ayudarles a aprender, crecer y desarrollarse.
En resumen, permitir que los niños en edad preescolar exploren una huerta es una decisión que es segura y ofrece beneficios significativos para su desarrollo. Representa una valiosa inversión en su desarrollo cognitivo, emocional y físico, estableciendo las bases para una conexión duradera con el mundo natural que los rodea. Visita Atavanza para que tu hijo conozca la huerta.