Después de casi un año de confinamiento, los padres de familia pueden tener inquietudes sobre la poca interacción que tuvieron sus hijos con otras personas, por eso queremos compartirles este artículo del instituto de familia de la Universidad de La Sabana, sobre cómo se pueden potencializar sus habilidades comunicativas.
Afirma Victoria Cabrera, doctora en psicología y educación, y profesora del Instituto de La Familia que “Primero, debe aclararse que las habilidades sociales no se pierden (…) es como montar en bicicleta. Es posible que durante un tiempo no se haga, se pierda práctica o la pericia, pero una vez se empieza a retomar el ritmo, saldrán a flote esas habilidades”.
Por su parte, Johanna Romero, psicóloga clínica y directora de la Especialización en Psicología de la Niñez y la Adolescencia de la Facultad de Psicología, recomienda que si los niños reflejan tristeza por la situación, “Es importante valorar sus emociones y no juzgarlos o decirles algo como: ‘eso ya pasó, tranquilo’, porque esto genera en ellos un sentimiento de incomprensión”. Además, sugiere a sus cuidadores darles amor, “Háganles saber que ustedes estarán ahí para ellos y que saben que esto no es fácil, que buscarán formas para que ellos se comuniquen con sus compañeros por medio de estrategias, como las video llamadas, por ejemplo”.
Si a pesar de validarlas emociones, de dar alternativas y de explicar la situación de forma amigable, el niño sigue estando triste o irritado, se requiere, entonces, consultar a un psicólogo clínico de niños y adolescentes. Por otro lado, Johanna Chocontá, coordinadora de la Maestría en Desarrollo Infantil de la Facultad de Educación, señala algunas recomendaciones para que este período de transición entre el aislamiento preventivo y la presencialidad en los espacios escolares se dé de la mejor manera:
*Es importante reconocer este tiempo de educación en casa como una gran ganancia, en el cual los niños se reencontraron con su contexto familiar y adquirieron diferentes aprendizajes. Una sugerencia para los maestros es indagar sobre esas nuevas experiencias, con el fin de generar nuevos proyectos de aula e innovar en sus clases.
* Privilegiar escenarios de juego, sobre todo al aire libre. Explorar, saltar, correr y jugar son acciones de bienestar que les permitirán compartir con los demás, así como disfrutar de espacios abiertos para la salud física y mental.
*Pensar en nuevas formas para que poco a poco se reacomoden a las rutinas y ritmos escolares, sin generar presión en ellos, ya que al inicio no les será fácil.
*Reactivar las asambleas o los círculos de la palabra. Conversar sobre sus experiencias en casa y enseñar a otros sus nuevos aprendizajes, les permitirá coconstruir nuevos conocimientos y otras formas de ver y entender el mundo ante un mismo fenómeno. Escuchar atentamente a cada uno es validar esos saberes adquiridos en la familia.
¿Cómo pueden los padres de familia aportar al fortalecimiento de las habilidades sociales de los niños? La profesora Victoria Cabrera ofrece las siguientes recomendaciones:
Familias con dos o más hijos
Propiciar espacios para que compartan entre hermanos: interactuar, compartir objetos. No todas las interacciones deben ser positivas. Permitir que los hermanos tengan problemas entre sí y que los solucionen es de mucha importancia.
Familias con hijos únicos
Fomentar que salgan al parque y, con los cuidados respectivos, permitir interacción con otros niños. También recurrir a los primos. Acercarse a ellos, sentarse a su misma altura y conversar, jugar e interactuar con ellos. Como padres, es posible estimular los procesos que luego se pondrán en práctica entre los niños.
Para todas las familias
¡Aprovecharlos recursos! Jugar en familia (juegos de mesa o deportes), identificar problemas y solucionarlos en equipo, ponerlos en contacto con la familia extendida, a través de la virtualidad. No intentar solucionar o ser parte de todas sus conversaciones. Los padres son mediadores, pero los hijos son los protagonistas.