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Aspaen cartagena de indias te informa

Plumas, el periódico estudiantil del GCI

Conoce «Plumas», un periódico estudiantil para la comunidad Aspaen Cartagena de Indias.

Plumas retoma su vuelo 

Comunicar es la esencia de todo ser humano, por esto una de nuestras prioridades al inicio del año escolar fue retomar el periódico virtual Plumas, un proyecto que Hannia Barrios, su fundadora, siempre quiso para las estudiantes del GCI: tener un espacio en donde expresar nuestras ideas; sin embargo, después de su graduación la idea fue perdiendo importancia y no se publicaron nuevas ediciones. 

Es así como al inicio del año escolar las estudiantes de grado doce nos planteamos retomar el legado de Hannia y lo logramos. Hoy Plumas retoma su vuelo, impulsado por nuestro querer y necesidad de tener un medio de comunicación de las estudiantes para las estudiantes. 

Plumas será la puerta de entrada al maravilloso talento del GCI, por eso la invitación está abierta para que todas las niñas que quieran publicar sus trabajos lo puedan realizar. Luisa Faria, como editora, y su equipo de colaboradoras serán las encargadas de recopilar todo el material que pueda ser publicado para permitir que Plumas continúe volando tan alto como lo quiso su creadora. Espero disfruten de su contenido. 

Mariana Esquivia y Sara Sofía Castro, Representante y Personera 2020-2021. 

#WhyIWearAMask 

Masks have been worn throughout history for different reasons. It varies between fashion, sickness, covering because of air pollution and even goes to the extent of hiding your identity. Nowadays, it’s turned into a necessity. You can’t go out without wearing a mask and some people even go through the troubles of bringing spares with them. 

The pandemic has spread anxiety, sickness and death all around the globe but it’s also raising awareness. Even if you have a simple flu, you should wear a mask to protect those around you. Nevertheless, that wasn’t a rule established within our culture until now. Asians have used this method since forever, which is one of the reasons why many of their countries managed to control the spread of COVID-19 more rapidly and effectively. 

I wear a mask out of respect; to protect myself and to protect those around me. I wear a mask to reduce the risk of being infected to a minimum. I wear a mask to stay safe, to act safe and to be safe. 

Mariana Corrales.

Él lleva la corona contigo 

Recordaba yo en estos días, aquel hombre que portó una corona de espinas. Dicho hombre con alma pura, cuya grandeza deslumbra, poseyó la corona más dolorosa de todas; aquella amarrada a todos los pecados de la humanidad. Cada gota de sangre que derramó, lo hizo por amor. Ojalá nosotros le devolviéramos el grandísimo favor… 

No cabe duda alguna, que este 2020 nos ha dejado una pesada corona en nuestras cabezas. Solo queremos arrojar dicha molesta coronilla al olvido, ya que causa tanto sufrimiento, por lo que nos cuesta imaginarnos un mejor futuro. A esto, le sumamos que en el momento en donde la corona se vaya de nuestro camino, efectivamente nos dejará una cicatriz imborrable, que ni siquiera el tiempo la borrará. Con aquella coronilla, caemos al suelo pidiendo auxilio mientras el mundo nos abandona, así como ignoramos a nuestro prójimo. Lloramos buscando consuelo y la sociedad no nos alivia, tal cual como nosotros no calmamos a nuestro hermano cuando lo necesita. 

Sentimos que la soledad entró sin tocar la puerta, pero lo cierto es que nunca estuvimos solos. Cuando nos caíamos, había un ser que nos levantaba; extendiéndonos sus gloriosas manos. Cuando llorábamos, había un ser que nos secaba nuestras húmedas mejillas con sus suaves dedos. 

Jesús tuvo en su cabeza una corona que ni siquiera se merecía. Pecado alguno no se encuentra en su divinidad, pero hizo todo para salvar a la humanidad. Nosotros sí merecemos una corona; una peor que la que poseyó el Mesías, pero la verdad es que Dios nos ama tanto que envió a su único Hijo para salvarnos. 

Aunque no lo veamos, el Altísimo nos está ayudando a llevar nuestra pesada corona. Porque un padre al ver sufrir a su hijo sufre también, y no podemos olvidar que el amor del Señor es más fuerte que cualquier otro. El mal fue quien creó la Covid-19 a través del mismo hombre, pero a pesar de que Dios es el ser con menos culpa, Él lleva esta corona con nosotros. 

Si Jesús se humilló y no tenía culpa alguna, con más razón nosotros debemos humillarnos ante el Señor. Debemos arrepentirnos de nuestros pecados. Debemos clamar a nuestro Padre y no aprovecharnos de su misericordia; no le demos la espalda más, no lo rechacemos. No nos comportemos como unos hijos codiciosos y egoístas. 

Si nunca vamos a olvidar esta pandemia, el 2020, los innumerables tapabocas que tuvimos que usar, con mayor razón nunca debemos olvidar al Héroe que nuevamente nos salvó. Él lleva la corona con nosotros y será Él quien nos la retire de la cabeza. 

María Victoria Rave.

Navidad Mar Adentro: un evento de gratitud 

Al pensar en Navidad Mar adentro, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? ¿las luces? ¿las canciones presentadas en la tarima? ¿las calles llenas de gente? o ¿la gente llena de felicidad? Se hicieron estas preguntas a varias personas y las respuestas obtenidas fueron variadas, desde “Navidad Mar Adentro es diversión con amigos y familia”, hasta “mi primer pensamiento respecto a este evento es demasiada alegría”. 

A través de desfiles, villancicos, un show pirotécnico y más actividades que forman parte de este espectáculo, todos los años Mar Adentro da la bienvenida a la navidad de Cartagena. Durante el evento se regalan sonrisas, y se disfrutan valores como la unión familiar, la felicidad, la esperanza y el amor. Se ilumina la ciudad y los corazones de muchos, y se recuerda la importancia de festejar la llegada del niño Jesús a nuestras vidas. 

En este momento, los estudiantes de los colegios Aspaen se estarían preparando con disfraces ansiosos por el inicio del show. Muchas familias estarían comprando accesorios navideños para estar a tono con el espectáculo, y los cantantes de la tarima estarían ensayando villancicos. 

Este año, la XIX edición de Navidad Mar Adentro se llevará a cabo de manera distinta. Por razones de confinamiento, al no poder estar reunidos y disfrutar juntos, la bienvenida a la navidad se hará con la tradicional encendida del árbol y el pesebre para así llegar al corazón de cada uno de los hogares cartageneros. 

A su vez, el evento se enfocará en la virtud de la gratitud. Muchas veces necesitamos mirar alrededor y agradecer por todo lo que somos afortunados de tener. Por esto mismo, se realizará una ruta de la gratitud, para recibir todo aquello que las familias quieran donar y poder seguir regalando a quienes más lo necesitan. 

Utilizaremos nuestra gratitud para contribuir a la vida de personas que han sufrido daños debido a la tormenta Iota. Estas personas requieren de nuestra generosidad, para que ellas también tengan un fin de año alegre y que puedan compartir ese momento con sus familias. Al final, de esto se trata Mar Adentro un momento para esparcir felicidad. 

Manuela Vélez

De vuelta a mi segundo hogar 

Sara Sofía Castro, estudiante de grado 12, recientemente volvió al colegio después de estar en casa por más de ocho meses debido al distanciamiento social. Conversamos con ella para saber cómo ha sido este regreso. 

Plumas: ¿Cuáles fueron los cambios y las medidas que el colegio adoptó para recibir a las alumnas? 

Sara: Quitaron los buses por las medidas de bioseguridad. Pusieron muchos lavamanos: en la entrada, en las plazoletas y en la entrada de la cafetería para que todas las estudiantes nos podamos lavar las manos todo el tiempo. En los salones los puestos están distanciados y se tiene que usar el tapabocas todo el tiempo. En el almuerzo solamente hay dos niñas por mesa. Ahora hay algunas rutas demarcadas [en el colegio] de circulación y esas son las que hay que seguir cuando caminamos. Tenemos que tomar la temperatura antes de entrar y también al salir del colegio.” 

Plumas:¿Cómo te has sentido con todos estos cambios en tu regreso al colegio? 

Sara: Es muy diferente al colegio al que veníamos acostumbradas, pero la verdad yo siento que con el tiempo nos vamos a ir familiarizando. Me he sentido sumamente feliz porque fuimos el primer colegio en Cartagena en regresar a la presencialidad y en hacer una prueba piloto. Siento que para enero puede haber más estudiantes en el colegio porque creo que todo nos está saliendo excelente. Me he sentido muy bien; muy cómoda. Obviamente extraño mi curso. En mi salón solo hay dos personas, contándome a mí; entonces se siente un poco raro. Pero el ambiente es muy feliz porque en bachillerato nos hemos unido bastante. Los recreos los pasamos juntas, con otras estudiantes de décimo y noveno, escuchamos música, saltamos la cuerda… es muy divertido la verdad. 

Plumas:¿Por qué decidiste volver a la presencialidad? 

Sara: Yo decidí volver a la presencialidad porque este es mi último año en el colegio y no quiero que el coronavirus sea un impedimento para poder vivirlo al máximo. También extrañaba mucho las instalaciones, a mis compañeras, a las profesoras, el sentir estar en una clase presencial —siento que presto mucha más atención en presencial que en virtual—. Y creo que ya era el momento de volver. Estos meses que pasaron fueron difíciles entonces era muy necesario.”

Plumas:¿Cuáles han sido los pros y los contras de esta situación? 

Sara: En el colegio, irónicamente estamos más unidas que antes. Como somos menos [en el colegio], conocemos las caras de todas, nos saludamos y pasamos los recreos juntas. Eso me parece un pro. Y un contra es que sé que a algunas no las dejan regresar al colegio por cuestiones de salud, otras que los papás simplemente no las dejan y es difícil porque nos acostumbramos a vernos todos los días y ahora que estamos volviendo no lo vamos a hacer. Y eso afecta. A las que estamos en 12 nos afecta bastante porque el tiempo que nos queda juntas es muy poquito. 

Plumas:—La virtualidad y la presencialidad son muy diferentes, ¿cómo te has sentido en ambas y cuál prefieres? 

Sara: Sí, son realmente muy diferentes. La verdad, yo escogí más que todo la presencialidad porque veo a las profesoras y me siento mucho más conectada en las clases. Pero con la virtualidad tenía mucho más tiempo para mí. Mientras que en la presencialidad me tengo que levantar muy temprano y llego a la casa un poco tarde por las distancias y todo eso. En la virtualidad, no. Después de clases podía hacer mis actividades extracurriculares sin ningún problema. Pero la verdad, prefiero la presencialidad porque aprendo mucho más y antes hacía esas actividades extracurriculares en la presencialidad y no era tan difícil. Es cuestión de adaptarse con el paso del tiempo y siento que todas podemos hacerlo. 

Y no sé si lo pueda hacer, porque entiendo los impedimentos de cada una, pero quisiera invitar a todas a que asistan al colegio presencial. Concluyó Sara, la personera 2020-2021 de la institución. 

Valeria García.

El penúltimo sueño 

Esta hermosa novela relata la historia de dos jóvenes enamorados, Soledad Urdaneta y Joan Dolgut. Pero a estos, todas las circunstancias los separan; desde las clases sociales hasta los dictados de la época. Ellos viven un amor casi imposible, luchan por sus sentimientos, rompen con sus costumbres y normas, combaten contra las creencias y los estándares sociales y mucho más. Sus vidas se convierten en un sueño inconcluso lleno de problemas y profundos sentimientos. Nunca se imaginaron que su historia de amor terminaría de una forma tan inesperada y sorprendente. 

En esta novela escrita por Angela Becerra —escritora colombiana de origen caleño— se ve cómo el misterio y la incertidumbre rondan por la vida de los hijos de Soledad y Joan, ya que estos tendrán que descubrir el secreto que llevaron sus padres hasta la muerte. Los hijos vivirán episodios de tristeza, desesperación, sentimientos inesperados, locura y rabia. Ellos entrarán en un limbo que solo tiene una salida (en donde está la respuesta de todo) pero encontrar esa salida no es tan fácil como parece. 

Una novela narrada de tal manera que le permite al lector entender y vivir cada sentimiento y emoción de los personajes. Un libro que te atrapa desde la primera hoja hasta el final. Sin duda, no perderás tu tiempo leyéndolo. 

Camila María Ariza.

El amor en los tiempos del cólera 

Gabriel García Márquez, nos cuenta en esta novela la complicada historia de amor entre Florentino Ariza y Ferminia Daza. Esta, tiene lugar en la ciudad de Cartagena de Indias a lo largo de más de sesenta años. La historia, narrada desde diferentes puntos de vista, permite ver lo que los diferentes personajes piensan y sienten. Además, al desarrollarse en nuestra ciudad, aparecen mencionados muchos lugares conocidos como el barrio Manga o las calles del centro, lo cual crea una conexión única entre el lector y la historia. También se puede percibir cómo era la sociedad cartagenera y cómo ha cambiado con el tiempo. 

En una parte del libro, nos hablan sobre el cólera y las medidas que tomaron en nuestra ciudad para aminorar sus efectos. Es realmente impresionante ver lo parecidas que son con las medidas tomadas actualmente contra el coronavirus; por ejemplo, la cuarentena. 

Por esto mismo, este libro es una buena recomendación para este fin de año. ¡No te pierdas de esa lectura tan fructífera y simpatizante! 

Sofía Yepes Carmona.

Nuestro diccionario en cuarentena 

1. Médico: Persona que ejerce la medicina y arriesga su vida todos los días por los demás. 

2. Paciencia: Capacidad de soportar desgracias y dificultades para sacar algo positivo de esto. 

3. Responsabilidad: Cuando cumples las reglas y tus obligaciones de la bioseguridad y tomas conciencia de tus actos. 

4. Extrañar: Cuando sientes que te hace falta un amigo o familiar y deseas estar cerca de esa persona. 

5. Miedo: Sensación de angustia y peligro causada por el virus. 

6. Enfermedad: Alteración del funcionamiento normal de tu cuerpo. 7. Computadores: dispositivo informático que es capaz de recibir, almacenar y procesar todos los mensajes que mandas. 

8. Familia: Grupo de personas, que convive y tiene un proyecto de vida en común. 9. Distanciamiento social: Mantener un espacio físico alrededor de otras personas para protegerlas. 

10. Tapabocas: Objeto que evita que se propague el virus. 

Ana Sofía Villamizar y Sofía García.

TESOROS EN RECUERDOS 
Se siente como un apartamiento Que lo normal es solo un recuerdo Que a mis hábitos normales pierdo Mientras miles dan su último aliento Las ideas brotan de mi cabeza Recuerdo las calles de Cartagena Una luna llena bohemia y amena Que me abraza con especial terneza Extraño cada día a mis abuelos amigos, las salidas y el colegio: ¡ay distanciamiento! cuantos anhelos Caigo en cuenta de este gran privilegio No tener que vivir tantos flagelos ¡Virus! ¡Contra la vida, sacrilegio! 
Sofía Gutiérrez Siegert
SENTIMIENTOS ENREDADOS 
Solo quiero regresar en el tiempo poder regresar a esos momentos y no sentir sentimientos friolentos hace mucho no tengo pasatiempo Ahora solo me queda esperar ver como mis días desaparecen y que cada vez más me envejecen y que me hacen nunca querer luchar Mientras veo que todo empeora muchas más personas han implorado en espera de una salvadora Es difícil dejar todo de lado por ahora no hay una mejora todo el mundo ya desamparado.
Isabela Rangel
CONFINAMIENTO MENTAL 
¡Sé que no es mi responsabilidad! Pero en serio quiero colaborar. Sí, yo sé que entre paredes debo estar, aunque salir es mi necesidad. Siento impotencia, inutilidad. Me siento muda, sin poder nada cambiar. Desapareció mi alegre cantar, siento cómo roban mi Libertad. No sé cuánto más me pueda controlar, nunca he tenido tanta voluntad. En mí la cordura siento escasear. Espero se vaya la tempestad. Y volver a oír los pájaros cantar, esa es mi fantasiosa realidad. 
Isabel Sofía Carriazo
LA MELANCÓLICA ODISEA DE MI VIDA 
Ahogo los gritos de sufrimiento por hundirme en un mar de pensamientos y navego en un mar de desalientos; solo miro atrás y digo, ‘lo siento’. Rezo a Dios cada día de mi vida para que esperanza traiga a mi vida. Hay tiempos que pienso que no hay salida, pero lejos veo una nueva vida. Me percato muy mal agradecida por amargarme en hazañas pasadas; por no apreciar lo que era de mi vida. Cuento sin contar las horas pasadas; me duermo despierta y vivo dormida. Mis pesadillas viven encarnadas. 
Ana Sofía Romero.