¿Qué podemos hacer en Navidades?
Hoy en día existen diversas formas de aprovechar el tiempo durante los días de vacaciones de Navidad, si tenemos la suerte de estar nosotros también de vacaciones. Podemos ir a ver Belenes preciosos que montan en diversas partes de la ciudad, también podemos ir a visitar Belenes vivientes, que son muy didácticos y donde pueden meterse de lleno en cada uno de los pasajes de la Navidad. Y si se tiene la suerte de participar en ellos como actores, ¡¡mejor!!
Son fechas muy buenas también para acudir a conciertos gratuitos que se organizan en diversos lugares, conciertos de villancicos e incluso es fácil encontrarse por la calle grupos de colegios que aprovechan las fiestas para salir a cantar a la calle y deleitarnos con una música maravillosa.
La Navidad es tiempo de…
Pero la Navidad, sin duda es tiempo de familia, para algunos supone la nostalgia de no tener a los que ya se fueron, pero por otra parte tenemos por delante la posibilidad de hacer que nuestros hijos puedan disfrutar de esta maravillosa época del año con un sentido hondo lleno de esperanza e ilusión, así que conviene reponernos de esa nostalgia y de la pena de la pérdida, para hacer que estos días tengan un sentido pleno para ellos.
Otra de las actividades “nutritivas” para ese vivir a fondo la navidad son las relacionadas con el voluntariado familiar. Muchos colegios, ONGs organizan diversas iniciativas para estas fechas: “Llevar la Navidad a las casas” puede ser uno de ellos, a través de algunas organizaciones que tiene contacto con familias necesitadas (como AVANZA), se conocen las necesidades de alimentación, ropa y regalos que necesitan para estos días, se recoge y se organiza en cestas y después se lleva a cada casa.
Las familias se implican en todas las partes del proceso: desde aportar cada una de las necesidades, montar las cajas y llevarlas a cada familia. Otra actividad puede ser “los desayunos solidarios” se suele hacer con niños un poco más mayores, desde el segundo ciclo de primaria, pero en realidad se puede hacer también toda la familia.
Se lleva el desayuno a los mendigos que encontramos por la calle, y se les acompaña, escuchándoles, conociéndoles… al final, es un tipo de voluntariado que se transforma más en una ayuda hacia nosotros, en un gran aprendizaje.
Nos hacemos más conscientes de la suerte que tenemos, hacemos más pequeños nuestros problemas, nos volvemos más agradecidos y sobre todos… se despierta una gran sensibilidad hacia las necesidades y problemas de los demás, y una conciencia mayor de las necesidades del mundo.
Anécdota
Mientras escribo estas posibles acciones o actividades para vivir más a fondo la Navidad estoy recordando una anécdota que me contó una persona hace unos años… Se trata de dos chicas, primas, una de ellas muy implicada en actividades de voluntariado. Ésta animaba constantemente a su prima a participar en ellas, dándole argumentos de sus beneficios y la necesidad social. No le faltaba razón, pero la otra, con un gran sentido común le dio una importante lección de vida, que me gustaría rescatar como propuesta de “voluntariado” para esta navidad.
Un día le dijo: “mira, me parece muy bien el voluntariado que realizas, pero… el día que tú seas capaz de venir a cuidar a tu abuela, de venir a conversar con ella… y lo hagas de manera constante, el día que realices ese maravilloso voluntariado con los tuyos, ese día haré voluntariado contigo con ese personas que tanto lo necesitan”.
¡¡Cuánta razón!! Muchas veces… por múltiples razones: porque vivimos rápido, porque nos ponemos otras prioridades (que también son importantes), porque estamos en nuestras cosas, porque en nuestras familias siempre hay distancias y rencillas… nos olvidamos de cuidar a los nuestros, y ahí está el voluntariado más importante.
El ritmo de la vida de nuestros hijos, cargada de actividades deportivas, extraescolares, cumpleaños… nuestros hijos piensan que vayan a donde vayan la prioridad es su entretenimiento. Quizá aprovechando que queremos plantear una Navidad diferente, mirando la generosidad hacia los demás y sus necesidades, es el momento de ayudarles a ver que podemos ir a ver a los abuelos o los tíos o los padrinos o la tía abuela… para que sean ellos (no los niños) los que disfruten: porque vamos a ayudarles a montar el Belén y decorar la casa de Navidad, porque vamos a escucharles y a contarles cosas, porque vamos a cuidarles o prepararles una comida o cena que necesitan. Una navidad para hacer felices a otros, desde los más cercanos hasta los que no conocemos.
Para terminar, os dejamos aquí algunos enlaces en los cuales podéis consultar itinerario de Belenes y otros planes que se pueden hacer en estos días, esperando que disfrutéis de una Navidad diferente y PLENA.