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Situaciones ordinarias que nos permiten enseñar a los hijos a superarse

By: Identitas

Diariamente nos encontramos con muchas situaciones que ponen a prueba las relaciones de los padres con los hijos, y de los hijos con sus padres.

Los niños tienen la paciencia suficiente para insistir en aquello que desean, y así van conociendo los límites de los padres. Es al año y medio o dos años cuando los niños empiezan a enfrentarse y a ser conscientes de la frustración que les genera el no conseguir lo que quieren; por eso aparecen las rabietas. Es un buen momento para empezar a ejercitarles en esta tarea que les ayudará a superar las dificultades que vayan encontrándose en la vida.

Es en el día a día de los niños donde, si les dejamos, se van encontrando con retos que afrontar y debemos ir dándoles los instrumentos para superarlos. Se consideran herramientas todas aquellas que faciliten al niño el poder afrontar tanto una acción, una emoción y/o situación con la que lidiar en su quehacer diario. Entre otras podría ser:  la virtud de la fortaleza, la resiliencia, la paciencia, la autonomía y el autodominio.

Algunas de las situaciones en las que podemos entrenar a los hijos para vencer las dificultades son:
  • Desde que se levantan, ya en el desayuno, tenemos un buen momento para enseñarles a esperar unos minutos. Además, dependiendo de la edad, podemos proponerles que sirvan antes a los demás que a ellos mismos y ayudarles a darse cuenta de lo importante que es actuar así, tanto para quienes les rodean como para ellos. Estas pequeñas acciones, si se van llevando a cabo de manera natural, sabrán vivirlas también cuando estén fuera de casa y les ayudarán a saber controlar sus emociones para no perder los nervios.
  • El fin de semana es un buen momento para practicar algún deporte en familia. En estas ocasiones, como padres, se pueden descubrir las fortalezas y debilidades de los hijos y, de esta manera, ir dándoles las herramientas para saber perder y ganar, apoyar a los compañeros, animarlos, y también aprender a competir sin desearle el mal al contrario sino querer sacar lo mejor de uno mismo y aprender de los errores cometidos. Así también se “gana el partido”.
  • Es un buen truco para educar a los hijos en esta virtud el proponer un mini reto cada día para cada uno de los hijos. ¡Hoy te vas a abrochar tu solito el abrigo, ya veras que bien lo haces! Los padres están por allí rondando, pero sin prestar demasiada atención, para que el niño sienta que es él, solito, el que lo está intentando; pero que sus padres están ahí. Sabe que si no lo consigue va a poder pedirles ayuda. Los padres deben considerar si le muestran la ayuda o le dejan seguir intentándolo. Ellos, mejor que nadie, conocen a su hijo. Pero en este sentido hay que tener siempre presente: sobreproteger a un hijo es desprotegerle. Si lo consigue felicitadle, porque ha insistido hasta que lo ha conseguido. Si no lo ha conseguido, después de mucho esfuerzo, también felicitadle porque la lucha es lo que cuenta. Mostrarle la ayuda necesaria en el momento oportuno, habiéndole dejado ser el protagonista de la acción, es darle también herramientas para que aprenda a hacerlo él solo la próxima vez.

Como decía nuestro gran maestro y muy querido, D. Juanjo Javaloyes cada cosa que pueda hacer tu hijo no la hagas tú, porque de esa manera la autonomía la asume en primera persona ¿Y qué puede hacer tu hijo? ¡Lo puede hacer todo! Desde los tres años se puede duchar solo, sí solo, aunque el baño quede fatal. Se puede cambiar él solo, guardar las cosas después de haber jugado él solo. Para enseñarle, le podemos ayudar, pero después todo lo que él pueda hacer, lo debe hacer solo. No pasa nada porque le neguemos cosas a nuestros hijos que, en sí mismas puede ser positivas, es solo para acostumbrarle a responder a una dificultad”.

Si le hacemos todo lo que él puede realizar solo, no le estamos permitiendo crecer.

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