1<\/a><\/sup><\/p>La adolescencia implica grandes cambios, tanto en el joven como en la familia; aparecen las inquietudes sexuales, vocacionales, ocupacionales… Crisis de timidez, descontroles diversos, pereza, falta de higiene, pueden ser s\u00edntomas de problemas afectivos o episodios totalmente normales dentro de esta etapa donde lo menos usual es el equilibrio.<\/p>
Psicol\u00f3gicamente, el adolescente es distinto del ni\u00f1o y del adulto. Vive una revoluci\u00f3n emocional, intelectual, hormonal y social que lo coloca a \u00e9l y a su grupo familiar en nuevos territorios. Su cuerpo le env\u00eda nuevos mensajes. Fuerza, entusiasmo, lucidez, creatividad, se alternan en \u00e9l con el m\u00e1s abismal desaliento, desorientaci\u00f3n o abulia. Es impaciente, explosivo o rom\u00e1ntico; siente que quiere todo, sabe todo, puede todo… o nada. Necesita desobedecer y diferenciarse, afirmar su personalidad y su autonom\u00eda, cuestionar la lealtad incondicional a los padres que en su infancia le parec\u00edan perfectos… pero sigue dependiendo, a veces m\u00e1s que en la ni\u00f1ez; en su inestabilidad necesita afecto y contenci\u00f3n, que muchas veces no sabe c\u00f3mo pedir.<\/p>
El muchacho y la chica que crecen requieren consideraci\u00f3n y respeto a su privacidad, pero no siempre la ejercen con los dem\u00e1s, sobre todo dentro de su propia familia. Las costumbres, lenguaje, vestimenta y h\u00e1bitats de su grupo marcan el ritmo de su mundo, donde buscan su nueva identidad; una dificultad de integraci\u00f3n puede sumirlos en la mayor angustia.<\/p>
El contacto con ellos revoluciona a la familia; es una etapa que puede estar llena de alegr\u00edas y de logros para todos. Las reglas familiares cambiar\u00e1n a medida que el joven madure y los padres encuentren un nuevo rol; pero la transici\u00f3n no es autom\u00e1tica. Como parte de este proceso, sugerimos a los padres:<\/p>
- Dialogar desde siempre con los hijos, adecu\u00e1ndose a su capacidad en cada edad; aprender a escucharlos.<\/li>
- Insistir con las normas de convivencia, no concederles lo que no corresponde, no convertirse en sus sirvientes.<\/li>
- En cuestiones disciplinarias, no responder a sus provocaciones estallando como un adolescente m\u00e1s.<\/li>
- No permitir que las conductas negativas propias de la edad se estabilicen e incorporen como parte de su personalidad adulta.<\/li>
- Valorar lo que son capaces de hacer y de dar, infundirles confianza en s\u00ed mismos, apreciar sus capacidades y aceptar sus limitaciones.<\/li>
- Alentar sus logros, respetando todo lo posible la vocaci\u00f3n que van manifestando.<\/li>
- Inducirlos siempre a la actividad y a un futuro de trabajo.<\/li>
- Acompa\u00f1ar su evoluci\u00f3n sexual con respeto, informaci\u00f3n, tacto y prudencia.<\/li>
- Informarse sobre sus compa\u00f1\u00edas y amistades.<\/li>
- Instruir acerca de los peligros de las drogas.<\/li>
- Ubicarlos en las posibilidades econ\u00f3micas de la realidad familiar.<\/li>
- Cuando se les dice que no, tener la paciencia de explicar y fundamentar por qu\u00e9.<\/li>
- Hacer acuerdos para darles concesiones graduales, a medida que ellos se muestren competentes y responsables.<\/li>
- Ayudarlos a desarrollar criterios de auto-protecci\u00f3n y seguridad.<\/li>
- Apoyarse y respetarse mutuamente entre adultos, predicando con el ejemplo los valores que se quieren transmitir.<\/li><\/ul>\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t